EL REGRESO
Y su boca solo alcanzaba a susurrar
con la emoción en sus ojos
contenida,
-¿eres tú la mujer que amaba
y que jamás me cansé
de nombrar?-.
Regresaron aquellos días felices,
en su corazón la dicha
despertó
y otra vez de alegría sus costales,
volvió a
llenar con ilusión.
Javier Jiménez
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